12 abr 2013

Se parece usted a quien yo quiera.

   Una mujer blanca en cuclillas, regando con una jarra de cristal un trozo de acera frente a la puerta de su casa. Otra señora se para frente a ella con un pastor alemán rojo.

Hola, ¿eres mi amiga Petricia?—La del perro.

— No, pero podría serlo —se incorpora con la jarra en la mano—. Le explico. Me confunden con muchas personas y todas de muy diferente apariencia las unas de las otras. ¡Incluso el género!
¡¿Incluso el género?!
— ¡Incluído el género, sí! Mire, el martes, por ejemplo, estaba aquí haciendo lo que estoy haciendo ahora, nada, y vino un chiquillo a preguntarme que si era yo Mario Casas.
¿Y qué le dijo? Es gracioso porque iba a preguntarle algo parecido... —rubor.
— Le dije que no pero le podría haber dicho cualquier cosa que se lo creería, ¡estaba tan y tan asombrado con mi parecido con el actor! Podría ser yo tantas personas...
Y que lo diga :-).
— ;-).

La de la jarra vuelve a ponerse de cuclillas para volver a mojar el suelo. La del perro se queda mirándola, mientras sonríe pícara, y termina poniendo un gesto de sorpresa.


Perdone, ¿es usted Whitney Houston?

— ¡¡La misma!! —Se vuelve a levantar— Me alegro tanto de que me haya reconocido.
Pensaba que había muerto... por lo de que sale en las noticias que está usted muerta y todo eso...
— La droga es mala pero la televisión lo es más. No se crea nada de lo que dicen por ahí.
Nunca perdí la fe en que estuviera viva ;-).
— :-D.