16 oct 2012

Zoológica

Señora disfrazada de Batman y otra vestida normal.

 María Jesús, ¿pretendía ser graciosa? Dígame.
 ¿Y Robin? –risas– No, no sé de qué me habla, vecina, lo siento.
 Baje el tono y el sarcasmo.
 Los tengo ya bajos, desde luego más que su arrogancia.
 Pues los baja más, no vaya a ser que me vuelva yo aquí loca y pague usted la consecuencia.
 Está ya loca de antes, vecina. Y dígame ya qué le pica, que llevo un poco de prisa.
 No se haga la pánfila atenazándole el brazo y enseñándole un trozo de cartón atado a una cuerda. Sé que en algún momento de la mañana ha cogido mi iPad y ha borrado todas las películas que había. A maldad. 
 Está usted muy sola, Josefina, sin hobbies ni nietos que la entretengan. Es muy normal que le de tiempo a inventarse esa cosa y mil más. Y si por usted fuera yo sería la responsable de la mayoría de sus males. Aparte, eso no es un iPad, es un cartón.
 Yo tengo lo que yo quiera. Y usted es Hitler –la deja ir–.
 Vale –yéndose–. ¡La cita con su psiquiatra es a las cuatro de esta tarde! Recuérdelo. Un saludo.
 ¡No invente tanto y tenga cuidado al salir! Antes me atacó una cebra.